miércoles, 8 de mayo de 2013

Ya es primavera en Poetas a Sueldo

Y, para celebrarlo, ¿hay algo mejor que regalar un poema?


¿Y si en vez de uno regalamos tres? Habéis leído bien, ¡¡regalamos tres poemas!! Pero no por vuestra cara bonita. En Poetas a sueldo nos gusta el trueque, cambiamos palabras por palabras. Os vamos a proponer un juego, se trata de completar un microcuento que empieza así:

Cuando me desperté, no sabía dónde estaba. Una habitación desconocida desplegaba sus aristas ante mis ojos, aun borrosos. No había muebles ni ventanas, sólo una bombilla suicida colgada de un cable, una cama y una puerta que no podía abrir.

De entre todos los finales, elegiremos los diez mejores. Esta selección la publicaremos en Facebook, donde vuestros dedos felices decidirán los tres ganadores. Los escritores que consigan más "Me gusta", podrán pedirnos un poema dedicados a quien ellos quieran (ellos mismos u otras personas).

¿Os gusta la idea? Pues venga, ¡a escribir! Podéis completar el microcuento aquí o en el Facebook de Poetas a sueldo. ¡¡Estamos deseando leer vuestras historias!! Participa y comparte con tus amigos.

Muchos versos.

11 comentarios:

  1. Miriam Gálvez López8 de mayo de 2013, 13:30

    Miré su boca, que susurraba destellos de un amor antiguo y conocido. Supe que aún estaba atrapada en su aroma y lo que eso suponía. Y cada vez que me miraba nacía la sensación del que recorre las vías del tren. La libertad llegó cuando sus brazos me rodearon y envolvieron mi alma para siempre.

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  2. "Así que esta es la mente en blanco", me dije, con una sonrisa de satisfacción después de las interminables horas de ejercicios y meditación. "Ahora podré encontrarme a mí mismo".

    Han pasado cinco años desde entonces. Ahora me conozco bien, creo. Pero aún no he encontrado la salida.

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  3. A medida que mi mente iba aclarándose, empezaron a acudir imágenes sobre el momento de mi captura. Al principio, fragmentos solitarios. Luego recuerdos completos y un repentino golpe de dolor, recordatorio sin duda del impacto que recibí al aterrizar.
    «Demasiada responsabilidad para un sólo hombre» había dicho el profesor Gunter antes de enviarme aquí. Pero ya no había marcha atrás. Estaba en 1939 y tenía trabajo que hacer...

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  4. Claramente no era mi habitación. Mis ojos semicerrados no me dejaban ver más allá. Sólo me quedaba pensar. Me recordaba cuidándola cada noche, saboreando el beso con olor a chocolate del desayuno, sorbiendo sus palabras entre risas en el té de las cinco. De repente, su voz inundó mi soliloquio. Era ella, y traía un armario y un espejo. Me dijo que para el baño tendría que esperar al próximo fascículo.

    OboeElena.

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  5. Me di cuenta que esta atrapado bajo los muros de mi propia mente, el bombillo resplandecía con fuerza quemando mis ojos
    me levanto sin fuerzas y miro alrededor, mi primer impulso es lanzarme hacia la puerta; reboto en esta y caigo hacia atrás
    me di cuenta que estaba encerrado, jamas volvería a ver a las personas que amo. me arrepentí por todo lo que no hice y llore en un frió rincón de la habitación
    eso fue solo el primer día, al segundo volví a intentar abrir la puerta, grite por auxilio; pero no pasaba nada, estaba solo. encerrado en mi mente
    estaba hambriento, la comida llegaba de por debajo de la puerta, por una abertura demasiado pequeña como para salir y se cerraba igual como para pedir ayuda. Pero mi huida no fue necesaria, lentamente; de la mano de mi carcelero (mi mente) un mundo nuevo empezó a surgir de las paredes, de a poco, detalle por detalle; cada vez más grande, haciéndome caer en una locura que para ese día era justo el jubilo que mi alma requería
    Y así surgió una nueva vida, y un nuevo mundo, cuyo limite sigue siendo aquella inquebrantable puerta de acero.
    Nunca pense que mi libertad seria producto de mi prision

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  6. Trate de despertar, estando mas que despierto, trate de seguir soñando, ¿realidad o sueño?, la confusión me atacaba ¿Qué es esto?. Ahora lo entiendo, es el mismo infierno que tanto me aterraba y anhelaba descubrir cuando te alejaras de mi existir. Recuerdo cuando descansaba a lado de tu cuerpo, esa satisfacción tan lastimosa en el alma cuando te alejabas. Quizas mori de tanto deseo, me encerre en mi abismo de soledad y ahora solo me alumbra esa pequeña chispa que dejaste al marcharte, esa asquerosa bondad tuya que nunca pude igualar y nunca podre entender, ahora solo me queda una pequeña fuerza para levantarme, el inmenso deseo de ver la luz final que desprende la muerte, solo tendere mi cuello de ese pequeño cable, para que la gente admire mi cuerpo que ya esta muerto en vida esperando el toque final.

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  7. Una descarga eléctrica recorrió mi espalda y me di cuenta de que estaba enmarañado en una hiedra de cables y sensores por todo mi cuerpo."prueba terminada, le ayudaremos a vestirse" dice una voz impersonal. "Desde mañana mismo se sentirá mucho mejor, le hemos extirpado los escrúpulos, así que podrá mantener su trabajo actual Sr. Ministro".

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  8. Un sueño amenazaba con perder las esperanzas, pero no me importaba, me sentía seguro en aquel lugar, era mi hábitat, mis ganas de salir era tan poca como mis ganas de socializar con personas. ¡Qué travesía de emociones! Divagando mi cerebro andaba, la musa en mi cerebro indagaba, invocando versos me sentía bien. Era mi sueño, mi lugar favorito.

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  9. Podría haber despertado en un lugar mejor, pero es lo que merecía. Las lágrimas de ácido que esa noche derramé habían dejado surcos en mi rostro, surcos que yo sólo podía distinguir de los antiguos que mi cara invadían. Cicatrices de guerra de batallas perdidas contra una misma. No podía salir de ahí, pero no me importaba. Era mejor que alguien como yo estuviera recluida, no es bueno dejar a los monstruos salir cuando el dolor y la rabia los han creado. Me levanté, di un golpe a la bombilla y disfruté de mi vieja amiga, la oscuridad.

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  10. Y es así como despertó mi alma tras una lúgubre pesadilla donde los arcángeles te raptaron y te llevaron hacia el infinito. Yo, triste y desolado, sólo pedía verte una vez más, una vez para recordar tu belleza absorbida por la inercia de la vida y que se llevó sin previo aviso lo que más deseaba en la vida. Ya sólo me queda mirar hacia mi reloj renqueante de mi habitación y esperar con ansia ese día en que me reencuentre con ella, la auténtica luz eterna en mi camino.

    @rimayprosa

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  11. Al darme cuenta que no podía salir para pedir ayuda, intenté parlamentar con la bombilla, que se balanceaba peligrosamente:
    - ¡No lo hagas! - le dije - Tienes muchas cosas por las que vivir... ¡Por favor, no lo hagas!
    Ella, sumida en su desesperación, no me contestó. Ni siquiera estaba seguro de que me hubiera oído. Así que, viendo que no había otra solución posible, decidí actuar.
    No suelo tomar esas confianzas con las bombillas, pero ésta estaba intentando suicidarse y tenía que hacer todo lo posible por salvarla. Me acerqué a ella cuidadosamente y la agarré un momento antes de que se tirara al vacío. La había salvado, pero ella todavía seguía agarrada al funesto cable y yo no sabía cuánto aguantaría, así que empecé a desenroscarla.
    Llevaba ya dos vueltas y media y la fuerza con la que se asía a la cuerda empezaba a disminuir. Le di media vuelta más, con cuidado, y ya la tenía prácticamente a salvo... Cuando ocurrió. Todavía me pregunto por qué fue, si mis torpes dedos vacilaron en el momento menos oportuno o ella se revolvió en su ansiado deseo de morir. Fuese cual fuese la razón, la bombilla se precipitó al vacío y descendió en un poético silencio, hasta romperse violentamente en mil pedazos de cristal.
    Sólo recuerdo que lloré, maldije y me arranqué pelos de la cabellera atormentado por el dolor... Que, mientras tanto, alguien me sujetaba y me tumbaba en la cama. Un leve pinchazo en el brazo. Una confortable sensación de cansancio, que acallaba los gritos de mis remordimientos. Paz... Y luego, sueño.

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